sábado, 30 de mayo de 2009

El género textual en la web 2.0


Que las formas cambian en la web 2.0 respecto al lenguaje que podríamos denominar tradicional es una evidencia pero, ¿cuáles son esos cambios?, y ¿se escribe de la misma forma en todos los formatos de la web 2.0?. En cuanto a lo primero diríamos que los cambios difieren dependiendo de la segunda cuestión, el formato, pero sí podemos señalar algunos que podríamos calificar de generales. En primer lugar tendríamos la familiaridad del lenguaje 2.0 respecto al lenguaje tradicional, familiaridad que se refleja, entre otras cosas, en el total destierro de la forma usted y en el uso de un lenguaje cercano (recordemos que se trata de comunidades) y en ocasiones coloquial, aunque esto último puede depender del tipo de formato (blog, twitter, redes sociales, etc.). Otro aspecto que podría considerarse como algo de carácter general es la ausencia de saludos y despedidas, normalmente el tema se plantea directamente, sin presentaciones de ningún tipo, aunque esto último podría deberse, no tanto a la familiaridad que mencionábamos más arriba, sino a que en casi todos los blogs existe una 'bio' que actúa a modo de presentación y desde donde se puede obtener información del autor además de acceder a otros links del usuario que nos den acceso, a su vez a otros blogs o redes sociales del que sea miembro. Otra razón de este planteamiento directo del tema podría deberse a lo inmediato del medio, hay que tener en cuenta que los “posts” no suelen durar más de una semana , muchos 'bloggers' postean casi a diario, esto hace que el lenguaje sea un lenguaje directo, sin rodeos, ya que el tiempo del que se dispone no es mucho, quizás treinta minutos o una hora al día, además este tiempo escaso debe ser compartido con la lectura y respuesta de las contestaciones recibidas por los seguidores del propio blog.

En cuanto a la cuestión de si nos expresamos o no de la misma forma en todos los formatos de la web 2.0 habría que matizar varias cosas. En primer lugar, si hablamos de blogs lógicamente no sería lo mismo un diario blog o una red social tipo Face o Tuenti, que un blog dedicado a un tema específico, por ejemplo un “eleblog”. En el primero la familiaridad y lo coloquial serán muchísimo más acusadas que en el segundo, ya que en los diarios y redes sociales el tema es abierto y el ámbito es el de lo privado de ahí que la familiaridad entre los distintos usuarios sea mucho mayor. En cuanto al blog específico, las relaciones se circunscriben al tema en cuestión , a un ámbito si se quiere más académico, por eso las formas se cuidan mucho más y el lenguaje se vuelve más técnico por la especificidad del tema. También el uso coloquial, si bien sigue existiendo en muchos casos, no está tan extendido como en los diarios. Por otro lado estarían aplicaciones como twitter que por su formato, 140 caracteres por entrada, afectan directamente al lenguaje que se va a usar en ellos. Esta limitación unida a la total inmediatez y actualidad de su uso (la propia entradilla '¿qué estás haciendo?' indica, además, la finalidad) hacen que el lenguaje esté totalmente condicionado. De esta forma nos encontramos con telegramas sobre la más inmediata actualidad del usuario, 'tomándome el segundo café' o 'preparando la reunión de mañana' serían buenos ejemplos de ello.

Otro aspecto que afecta al lenguaje en la web 2.0 es la terminología empleada, así nos encontramos con multitud de términos que se refieren al propio contexto en el que nos encontramos, es frecuente la aparición de términos anglosajones o derivados de este como 'posts', 'postear' 'blogs', 'links', 'enlace', etc. Este último término, 'enlace', va a ser responsable de otra diferencia fundamental que no solo afecta a lo puramente textual, sino que va a afectar a nuestra propia forma de leer un texto. La lectura tradicional es, por así decirlo, más estable, uno lee un texto sin cambiar de texto, es decir, si leo un libro no voy a poder leer más que ese libro, podré alterar el orden pero físicamente el libro no me da la opción de ir a otros libros, puede hacer referencias, notas bibliográficas, etc. pero nunca me va a llevar de una forma directa a ese otro libro que se menciona, cosa que en la web 2.0 es posible a través de los hipervínculos y enlaces. Esto último afecta directamente a nuestra forma de leer y de interpretar los textos puesto que esta característica va a ser la responsable de que nuestra forma de leer sea más dispersa, produciéndose en muchos casos una suerte de 'zapeo' que incluso nos aleje del tema principal en el andábamos inmersos.

En suma diríamos que lo que caracteriza a este tipo de lenguaje es por un lado la inmediatez, que hace que el planteamiento sea mucho más directo por los límites que impone el tiempo, tanto de las entradas como de las respuestas, y por otro las características del propio formato que pueden incidir directamente en la extensión y en el tema, como ocurre en aplicaciones como twitter, o en la mayor dispersión o no de la lectura, dependiendo del número de enlaces y, lógicamente, de si se decide acceder a ellos.

6 comentarios:

  1. Lucas, interesante tu entrada. Yo haría hincapié en que en la web 2.0 ya no se explica nada sino que se aporta la fuente original por medio de enlaces a otras entradas de blogs, a otros 'tweets', a perfiles o a webs.

    Habría que analizar también a los usuarios, además del medio y la herramienta. Me explico: no uso del mismo modo una herramienta con unos interlocutores que con otros. El que Twitter te obligue a sintetizar hasta los 140 caracteres, como en un sms, no hace que yo escriba los 'tweets' como los sms (en lo referente a las abreviaturas, me refiero).

    Seguiré dándole vueltas al asunto.

    ResponderEliminar
  2. Ramón, muchas gracias por tu comentario. En cuanto a lo último que apuntas es algo que no me había parado a pensar, el máximo en un móvil es de 160 y, sin embargo comprimimos el mensaje, mientras que en twitter no. Por un lado en el móvil comprimimos porque tratamos de transmitir la máxima información posible mientras que en twitter esa "presión económica" (en todos los sentidos) no existe y, por otro lado, el teclado también determina, pienso.

    ResponderEliminar
  3. Me sorprendió tu planteamiento de que un libro nunca te conducirá a otro...Aunque en parte es cierta esa idea, todos en algún momento nos hemos encontrado con una mesa repleta de libros que se relacionaban entre sí, o, al menos, eso nos hubiera gustado en alguna ocasión.Los enlaces e hipervínculos pueden provocar la pérdida del objetivo inicial que te impulsaba a seguir buscando, un riesgo presente y continuo en la web 2.0, ¿no te parece?¿Cuántas veces, al cabo de un tiempo con el ordenador encendido, te da la sensación que no recuerdas aquello que había creado tu curiosidad?La interrelación de los conocimientos puede llevar al olvido, la pérdida y el desconsuelo absolutos.

    ResponderEliminar
  4. Muchas gracias por tu comentario Mireia. Es cierto lo que dices sobre la interrelación de los libros aunque se da de una forma, si quieres, menos directa que la que se produce mediante los hipervínculos. En cuanto al riesgo de perder el objetivo de nuestra búsqueda estoy plenamente de acuerdo, y el que esté libre de pecado que tire la primera piedra...

    ResponderEliminar
  5. A mí me interesa el tema de los géneros textuales digitales sobre todo desde el punto de vista descriptivo y pedagógico, claro. Es verdad que no hay unas normas rígicas para un tuiteo o para un mensaje en facebook, como tampoco las hay para una carta o para un informe judicial. Pero sí que hay unos mínimos que marcan la diferencia entre un texto y otro.

    A nosotros nos surgió la duda cuando en clase empezamos a trabajar con un wiki y aquello acabó teniendo un aspecto informe entre foro y blog. Lógicamente el error fue no definir antes qué queríamos conseguir con el wiki.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Muchas gracias por tu comentario Francisco, como dices el objetivo y estilo del autor del wiki, blog o incluso twitter, marcará en gran parte el estilo que adoptemos, quizás la diferencia no sea tan grande como pensaba en un principio.

    ResponderEliminar